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Mi ciática y yo

La penúltima semana de diciembre sentí un dolor muy fuerte en mi nalga izquierda. El dolor era tan grande que lo sentía en toda la pierna, pasando por la rodilla y llegando hasta el ultimo dedo del pie izquierdo. El dolor empezó - curiosamente - al iniciar mis vacaciones. Y nunca había experimentado algo así.


Sabía que podía ser ciática porque alguna vez un médico me dijo que tenía que pisar/caminar bien porque estaba a nada de desarrollar ciática. Y los síntomas de mi dolor coincidían con lo los síntomas enlistados en las diferentes páginas de internet que visité.


No voy a mentir, la pasé muy mal. El dolor no me dejaba dormir y pasé muy malas noches. No lograba identificar que me dolía mas, si la nalga, o la rodilla, o la cadera. De inmediato empecé a ponerme una pomada de ingredientes naturales. El martes 22 de diciembre, el dolor fue tan fuerte que finalmente decidí a tomar un analgésico y me ayudó enormemente. Paso seguido, me decidí a hacer yoga y me enfoque a sesiones especificas para el dolor de ciática.


En verdad es que soy la más feliz de haber encontrado en mi camino a Brett Larkin, ya que sus clases de yoga, una especifica para aliviar el dolor de la ciática y otro para el dolor de cadera (al final del post, dejo el link de esta clase) me ayudaron enormemente.


Pero me dije, debe de haber una razón por la cual estoy sintiendo este dolor y sé que soy capaz de sanarme.


Me puse a investigar el significado emocional del dolor de ciática y descubrí que era el resultado de un mecanismo de defensa que desarrollé hace mucho tiempo. El dolor de ciática significa "que tienes dificultad en afrontar un miedo del pasado por temor al dolor, relacionado con carecer de bienes materiales o de afecto, respecto al futuro. Quieres creer que no sientes y que no necesitas nada, pero no es así, y necesitas permitirte ver ese dolor y sanarlo."* Mi primera reacción al leer este significado fue....interesante. Al después descubrir que el significado varia de acuerdo al lado en el cual tienes el dolor, pues la respuesta a mi dolor me quedó clara. Si te duele el lado derecho, significa que tu miedo tiene relación con lo material. Si te duele el lado izquierdo, significa que tu miedo tiene relación con tu parte afectiva.


Y entonces hice un click, por que justo, en terapia y leyendo el libro de Sarah Desai, me di cuenta, que una de mis estrategias de defensa que desarrolló mi niña interior para defenderse del no sentirse amada, apreciada, tomada en cuenta y olvidada fue simplemente no sentir. Me he bloqueado a sentir para tratar de ser siempre feliz y no sentir el dolor. Me bloqueé a sentir y decidí ser mental. Y a ver, claro que siento, siento tristeza, pero cuando estoy llorando, logro siempre decir un chiste para reírme y dejar de llorar; o estoy llorando y veo a mi interlocutor y sonrió para entonces minimizar mi tristeza. O muchas veces, me siento triste, pero no dejo que la tristeza salga. Lo mismo me pasa con el enojo y otras emociones. Prefiero entender todo (con la cabeza, mentalmente) antes de sentir todo (mis emociones, mis afectos). He aprendido a controlarme y he guardado tantas tristezas, tantos enojos, tantas decepciones que al trabajar tan fuerte con mi niña interior, ésta decidió decir basta, y dijo: ahí te mando este dolor para que por favor hagas algo al respecto.


Al darme cuenta de esto, lo primer que hice fue pedirme perdón. Me miré al espejo y con mucho amor me dije: "Perdóname por causarte este dolor". Después me agradecí por solo causarme un dolor y no otra enfermedad. Me responsabilice de lo que me estaba pasando, de lo que me había venido haciendo y tomé la decisión de sanarme. Y entonces viene la pregunta, ¿y ahora cómo le hago? Y lo cierto es que vivimos en una época en donde la respuestas las puedes encontrar muy fácilmente en cualquier buscador de internet. Y con todo lo que he venido aprendiendo y practicando para mi fue claro: voy a seguir con el yoga. Si recuerdo bien, creo que hice las mismas rutinas como por casi una semana todas las mañanas. En verdad que los ejercicios me ayudaron muchísimo y cuando empiezo a sentir que el dolor viene, luego luego repito una de estas dos secuencias para minimizar o evitar el dolor.

Lo siguiente que hice fue meditar, pero esta vez con una meditación guiada. La busqué en YouTube y la verdad es que no tuve que buscar mucho. Encontré dos meditaciones, pero solo fue una la que me gustó y la que hice por una semana. Esta meditación, me movió internamente y me ayudó a darme cuenta de otros bloqueos que traigo y que he desarrollado.


Y justo aqui quiero recordar una cita del libro "Vive la vida que tú quieres vivir" de Sarah Desai:

Entonces me tocó perdonar y empezar por perdonarme a mí.


Algo que quiero dejar claro es que si el dolor hubiera seguido y no hubiera disminuido, claro y sin dudarlo hubiera sacado cita con un médico. De hecho, la combinación entre la medicina como la conocemos y los medios espirituales es la que hace milagros. En esta ocasión, para mi, no fue necesario visitar al medico y agradezco que con un poco de ejercicio, una introspección a mi alma y a mi niña interna, así como una meditación de sanción me ayudaron a salir a delante.


Considero muy importante compartirte que el saber qué bloqueos tienes y el haber podido disminuir o eliminar un dolor, no significa que ya curaste esa herida de la infancia y que ya sanaste ese capítulo en tu vida. Lo que sigue es un trabajo diario, en donde tienes que ser consciente de tí y de tus patrones e identificar cuando eres tu adulto el que actúa y cuando es tu niño con una estrategia de defensa el que esta actuando. En mi caso, tengo que estar muy consciente de lo que siento y cuando lo siento y como reacciono a lo que siento. No es fácil, porque el regresar a la rutina y a lo que conocemos y a lo que nos ha traído "éxito" es lo más fácil que existe. En mi caso, mi trabajo es darme cuenta de qué estoy sintiendo, cuándo lo estoy, por qué lo estoy sintiendo y dejarlo fluir, no bloquearlo. Mentiría si te dijera que ya lo logré, que ya puedo identificar esta estrategia todas las veces y que ya derrumbe mi barrera a sentir. No, sigo trabajando en ello y se me olvida muchas veces, pero siempre llegan las herramientas necesarias para regresar al camino que quieres caminar.


Yo te deseo, primero, que nunca experimentes el dolor de ciática porque es horrible, segundo, que te hagas consciente de ti, de tus sentimientos, que los dejes fluir, que no los reprimas, que los vivas y tercero que tu vida siempre este llena de salud.


¡Muchísimas gracias por dejarme compartir mi experiencia con este dolor! Y, ¡muchísimas gracias por leerme! Me voy a alegrar mucho de leer tus comentarios y de saber que estas aqui conmigo acompañándome en este camino a través de contarte mi historia.




Bibliografia

1 Kommentar


Adriana Dinorin
20. Jan. 2021

Ya tuve la experiencia de experimentar ese dolor y fue en ambos lados, creo que tengo mucho que arreglar en mi interior, je, yo lo solucioné con tratamiento médico y ejercicios de rehabilitación porque se me junto con un problema de vértebras y cervicales, fue terrible saberme con tantos padecimientos y me deprimí mucho pero me di cuenta que mucho tenía que ver con el estado de ánimo y la actitud, así que sin darme cuenta al pago de unas semanas y con los ejercicios de estiramiento volví a sentirme muy bien. Me alegra mucho que te hayas recuperado y más que haya sido una oportunidad de curar otros aspectos de tu ser! Besos

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